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                   ADELA ZAMUDIO 
                  ( Bolívia – Cochabamba  ) 
                  ( 1854 – 1928 ) 
                    
                  Adela Zamudio Rivero (Cochabamba, 11 de octubre de 1854 - ibídem, 2 de junio de 1928) fue una escritora, pionera del feminismo en Bolivia, que cultivó tanto la poesía como la narrativa. 
                  A fines del siglo XIX,  después de que el Partido Liberal asumiera el gobierno, comenzó a  trabajar como profesora en la misma escuela donde se había educado. Posteriormente, fue directora de la Escuela  Fiscal de Señoritas (1905).    (...) 
                  En  1901 fundó una academia de pintura en Cochabamba y, en 1916, el Liceo de  Señoritas, que lleva su nombre.4 
                  Cultivó  la poesía neoromántica —comenzó a publicar sus versos en 1877 con el  seudónimo Soledad, en el citado El Heraldo—5 y la prosa. Escribió una novela epistolar  —Íntimas,  "en torno al clero corrupto y la hipocresía circundante";4 — y relatos (La inundación, Noche  de fiesta, La reunión de ayer, El velo de la Purísima, El  diamante, etc.). 
                  Lydia  Parada de Brown considera que "esta escritora boliviana ha sido una de las  más grandes de América, pero lamentablemente no ha alcanzado la fama de Gabriela Mistral, ni de Juana de Ibarbourou".3 
                  El 28 de mayo de 1926 el presidente Hernando Siles Reyes coronó en Cochabamba a Adela Zamudio, reconociéndola como la más  elevada exponente de la cultura en Bolivia 
                  (…) 
                  Adela Zamudio falleció en su ciudad natal el 2 de junio de 1928 a los 73  años de edad. 
                  Foto e Fragmentos de biografía de: https://es.wikipedia.org/wiki  
                    
                  TEXTO  EN ESPAÑOL  -  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  BEDREGAL,  Yolanda.  Antología de la poesía boliviana. La Paz: Editorial Los Amigos del Libro, 1977.  627 p.   13,5x19 cm                                  Ex. bibl. Antonio Miranda  
                    
                  NACER HOMBRE 
                  ¡Cuánto trabajo  ella pasa 
                    Por corrigir la torpeza 
                    De su esposo, y en la casa, 
                    (Permitidme que me asombre). 
                    Tan inepto como fatuo, 
                    Sigue él siendo la cabeza 
                    Porque es hombre! 
   
                    Si algunos versos escribe, 
                    De alguno de esos versos son, 
                    Que ella sólo los suscribe, 
                    (Permitidme que me asombre). 
                    Si ese alguno no es poeta, 
                    ¿Por qué tal suposición? 
                    — ¡Porque es hombre!  
                  Una mujer  superior 
                    En elecciones no vota. 
                    Y vota el pillo peor. 
                    (¡Permitidme que me  asombre). 
                      Con tal que aprenda a firmar 
                      Puede votar un idiota, 
  ¡Porque es hombre! 
   
    El se abate y bebe o juega 
    En un revés de la suerte: 
    Ella sufre, lucha y ruega. 
  (Permitidme que me  assombre). 
    Que a ella se llame el "ser débil" 
    Y a él se llame el "ser fuerte". 
  ¡Porque es hombre! 
   
  Ella debe perdonar 
    Siéndole su esposo infiel; 
    Pero él se puede vengar. 
    (Permitidme que me asombre). 
    En un caso semejante 
    Hasta puede matar él, 
  ¡Porque es hombre! 
   
    ¡Oh mortal privilegiado, 
    Que de perfecto y cabal 
    Gozas seguro renombre! 
    En todo caso, para esto. 
    Te ha bastado 
    Nacer hombre.   
                    
                  MI EPITAFIO 
                     
                    Vuela a morar  en la ignorada estrella 
                      libre ya del suplicio de la vida, 
                      allá os espero, hasta seguir mi huella 
                      lloradme ausente pero no perdida.   
                    
                  EL HUMO Y LA LLAMA 
                     
                    El humo dijo un  día 
                      a la llama chispeante: "—Madre mía, 
                      siendo tu fuego tan brillante y puro 
                      ¡ay! Dime ¿por qué causa 
                        yo que te debo el ser, soy tan obscuro…? 
  "—Hijo mío, tu idea no es muy nueva. 
                        En ti se ve la prueba 
                        (la llama respondió), pues, aquí abajo, 
                        nada debe su brillo 
                        sino a su propio lustre: 
                        nunca a un hijo le basta 
                        el descendiente ser de un padre ilustre".
                         
                           
                          
                    
                  TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de ANTONIO MIRANDA 
                    
                  NASCER HOMEM 
                   
                  Quanto trabalho ela passa 
                    Para corrigir a estupidez 
                    De seu esposo, e em casa, 
                    (Permita-me que me assombre). 
                    Tão inepto como fátuo, 
                    Segue ele sendo a cabeça 
                    Porque é homem! 
   
                    Se alguns versos escreve, 
                    De alguém esses versos são, 
                    Que só ela os subscreve, 
                    (Permita-me que me assombre). 
                    Se esse alguém não é poeta, 
                    Por que tal suposição? 
                    — Porque é homem!  
                  Uma mulher superior 
                    Em eleições ela não vota. 
                    E vota el  peor. 
                      (Permita-me que me asombre). 
                        Com tal que aprenda a assinar 
                          Pode votar um idiota, 
  Porque é homem! 
   
    Êle se abate e bebe ou joga 
    Em um revés da sorte: 
    Ela sofre, luta e roga. 
  (Permita-me que me  assombre). 
  Que a ela se intitule o "ser débil" 
    E a ele se chame o "ser forte". 
  Porque é homem! 
   
  Ela deve perdoar 
    Sendo seu esposo um infiel; 
    Mas ele pode até se vingar. 
    (Permita-me que me assombre). 
    Em um caso semelhante 
    Pode até que ele a mate, 
Porque é homem!   
                    
                  MEU EPITÁFIO 
                     
                    Voe para morar na ignorada estrela 
                      livre já do suplício da vida, 
                      lá os espero, até  seguir minha trilha 
                      chorai-me ausente mas não perdida. 
  
                    
                  A FUMAÇA E A CHAMA  
                   
                    A fumaça disse um dia  
                      a chama  
  à chama cintilante: "—Mãe , minha, 
                      sendo teu fogo tão brilhante e puro 
                      ¡ai! Diga-me ¿Por que  motivo 
                        eu que te devo o meu ser, sou tão obscuro…? 
  "—Filho meu, tua ideia não é nada nova. 
                        Em ti se vê a prova 
                        (a chama respondeu), pois, aqui embaixo, 
                        nada deve seu brilho 
                        senão o seu próprio lustre: 
                        nunca a um filho lhe basta 
                        o descendente ser de um pai ilustre". 
                         
                          
 
                         
                          
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                  Página publicada em setembro de 2022 
                
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